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Sabemos cómo cuidarte
El impacto  del alcohol en  los adolescentes


Consumir alcohol antes de los 15 años aumenta cuatro veces el riesgo de la dependencia antes de los 18 años y se asocia con trastornos de ansiedad, problemas de atención y memoria, dificultad para el aprendizaje, fracaso escolar, trastornos en el sueño y en la conducta. Uno de los propósitos de esta nota es informar y concientizar a los adultos para lograr intervenir antes y prevenir, condición fundamental del éxito terapéutico en la medicina.


Prácticas adolescentes actuales.
Las “Previas”, After Office, After Hour prolongan el horario nocturno y, desde hace tres años, se instaló la última tendencia de los quintos años secundarios: el “Primer día del último año” donde la idea es tolerar la mayor cantidad posible de tiempo sin dormir la noche previa al comienzo escolar. Estas modas van generalmente ligadas al consumo de alcohol.
La escena está naturalizada en las familias de nuestro país. Los padres “liberan” la casa una noche a pedido de alguno de los hijos para hacer una reunión con sus amigos y aparece el alcohol. Estas previas han pasado a ser el “ritual” más prevalente entre los jóvenes de hoy.


Problemática en números.

El alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida en nuestro país, de la que más se abusa y la que más problemas sociales y sanitarios causa. Se asocia al consumo de distintas sustancias legales e ilegales, razón por la cual lo que rige habitualmente es el policonsumo.
La última encuesta realizada por la Secretaría de políticas integrales sobre drogas de la Nación Argentina arroja datos alarmantes: el 77% de los chicos entre 12 y 18 años refiere haber tomado alcohol alguna vez en su vida, y el 37% de ellos haber experimentado un episodio de borrachera. La edad de inicio del consumo disminuye cada año, según datos de la UCA los jóvenes comienzan a ingerir alcohol a los 14 años en contraposición con la generación que actualmente tiene entre 50 y 65 años que iniciaba el contacto con el alcohol entre los 19 y los 20.


El papel de los adultos.
Muchos factores influyen en esta problemática, pero sin dudas el papel de los padres es determinante. El salto generacional ha dejado atrás aquellos padres autoritarios que empoderaban el “no, porque lo digo yo” para recibir a adultos permisivos con miedo a decir que no. Aparece el desvanecimiento de las fronteras entre la paternidad y la amistad y no se toma en cuenta que hay una ley que prohíbe el consumo de alcohol en menores de 18 años. Estos padres tienen la ilusión que si toman en la casa “bebidas de buena calidad“ podrán controlar o evitar los daños que trae aparejado el consumo.


Cómo actúa el alcohol en el adolescente.
El cerebro adolescente está en desarrollo, y el alcohol puede interrumpir o modificar su maduración, generando daños a largo plazo. La adolescencia es una etapa en la que suceden cambios estructurales y funcionales que dan lugar a procesos psicológicos, sociales y cognitivos, y la misma es crucial en la adquisición de aptitudes físicas, estéticas y sociales. Está comprobado que el consumo excesivo de alcohol puede generar daños en la memoria irreversibles.
El mayor problema es lo que se conoce como consumo episódico excesivo “binge drinking”, patrón caracterizado por la ingesta de grandes cantidades de alcohol en breves períodos de tiempo con el propósito en general de lograr la embriaguez.
Este tipo de consumo está asociado a un aumento de heridas con armas, violencia familiar, accidentes de tránsito, suicidios, embarazos no deseados, entre otras. Beber por atracones produce cambios estructurales en el cerebro y facilita la escalada a otras drogas.
Los adolescentes funcionan mayormente en grupos para identificarse unos con otros, lo que hace uno es hecho por los otros, salirse de esa norma no está bien visto, y nadie quiere ser se-gregado. Los chicos toman para divertirse, para obtener falsas fuerzas allí donde la autoestima no es suficientemente sólida, para superar la timidez y por la presión social para adquirir logros (conquistas amorosas, logros académicos).
Lo más grave quizás sea que los adolescentes están decidiendo en esta etapa que tipo de adultos querrán ser. Y la pregunta que surge es categórica: ¿cómo podrán elegir con un tóxico alterando su capacidad de razonar?


Cómo posicionarnos ante esta problemática.
Resulta importante recalcar que no es necesario ser adicto al alcohol para que éste tenga impacto en la vida de quien lo consume. Un único consumo de alcohol puede generar intoxicación. Tal vez tendremos que empezar a hablar de impacto de uso de sustancias en lugar de adicción porque el camino a la enfermedad adictiva comienza con el uso. Motivo por el cual resulta poco conveniente decir “uso no problemático” si queremos lograr intervenciones tempranas.  


A modo de conclusión podemos pensar que los adultos debemos ponernos en acción. Desde la política, las escuelas, los medios de comunicación y la asistencia médica. Los padres deben poder decir NO para luego poder decir SI y entender que los NO ayudan a crecer sanamente. Poner límites sin miedo, aunque seguramente con más esfuerzo, sabiendo que éstos son la base de la constitución psíquica de los individuos.


El Centro Medicus de Salud Mental cuenta con la experiencia y capacitación de su Equipo de Adicciones para brindar orientación, prevención y tratamiento de esta problemática a los asociados que lo requieran.


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