10 de octubre - Día Mundial de la Salud Mental
Esta fecha nos encuentra en un contexto repleto de factores que, lejos de actuar como protectores del bienestar psíquico, son de riesgo para sostener ese equilibrio.
Según la OMS, la salud es el estado integral de bienestar físico, psíquico y social de un individuo. Es decir, que cada persona tenga un cuerpo sano, equilibrio emocional y desarrollo adecuado en su entorno.
El Covid-19, irrumpe a nivel mundial en el equilibrio que las personas necesitamos para lograr ese bienestar integral. Esto se debe a que, si bien el virus afecta directamente la salud física, la pandemia y las medidas para controlarla han afectado nuestra vida cotidiana, obligándonos a hacer un enorme esfuerzo de readaptación al medio y a la “nueva normalidad”.
La adaptación es una estrategia de la naturaleza para preservar la vida y supone un remedio natural para restablecer el equilibrio ser vivo-entorno. Pero no todas las personas contamos con la suficiente flexibilidad para logra esa adaptación.
Esta coyuntura tiene la particularidad que a cada sector de la población le implica un desafío diferente: personal de salud que trabaja en condiciones de extrema exigencia y con el temor de infectarse, estudiantes que han tenido que adaptarse a las clases remotas y a la privación del contacto social con sus pares, sectores económicamente más vulnerables con menores recursos de protección frente al virus, trabajadores que temen perder o han perdido sus empleos, adultos mayores que sufren el impacto del aislamiento social perdiendo contacto con su red cercana, personas con patologías mentales que se encuentran aún más aisladas que antes o aquellas que han perdido un ser querido con la imposibilidad de poder despedirse.
Por esta disrupción en la vida cotidiana, los estudios científicos evidencian una estrecha relación negativa entre el Covid-19 y la salud mental. Mientras los afectados por el virus muestran mayor riesgo de padecer algún trastorno mental, las personas con patologías psiquiátricas preexistentes tienen mayor riesgo de agudización de sus síntomas y de contraer el virus debido a la existencia de comorbilidades y/o a la vida dentro de las instituciones cerradas.
El observatorio de psicología social de la UBA, detectó un incremento en el número de personas en riesgo de padecer algún trastorno mental en cuarentena; siendo mayor en el AMBA por mayor densidad poblacional, morbimortalidad y medidas de restricción y aislamiento más estrictas. Los indicadores clínicos de síntomas psicológicos aumentaron en el período de mayor aislamiento, y ahora tienden a disminuir. Ello podría deberse a la flexibilización de las medidas, pero también a la adaptación de las personas a esta nueva situación.
También observaron un incremento sostenido de la automedicación, el consumo de alcohol, alteraciones del sueño y disminución de la calidad de la actividad sexual.
Un estudio de la Universidad de Oxford advierte sobre el aumento de síntomas como falta de interés o ideas suicidas. Asimismo, los indicadores de depresión aumentaron de 8,5% a 28%, con foco en los individuos que sufrieron directamente alguna de las consecuencias relacionadas con la pandemia, como la pérdida de trabajo o la muerte de un familiar.
Por otro lado, en la Universidad de California se encontró evidencia de un récord en ataques de ansiedad o de pánico, coincidentes con las medidas de distanciamiento social y de extensión de la cuarentena.
En este contexto, se espera que las demandas en salud mental aumenten notoriamente y será un enorme desafío para los profesionales de ese campo poder acompañar a la población en la re-adaptación a esta nueva cotidianeidad.
Por último, es importante tener en claro que la ansiedad es una respuesta normal y adaptativa frente a determinadas situaciones como la que nos está tocando vivir. Dicho de otro modo, la falta de algún grado de inquietud y/o ansiedad sería raro, excepcional y hasta problemático. Es esperable y “sano” que esto nos ocurra. Ahora, si esta ansiedad se torna excesiva y muy difícil de tolerar y nos genera otras problemáticas, es importante poder contar con un espacio de consulta, así como no discontinuar los tratamientos ya existentes.
Información suministrada por el Equipo de nuestro Centro Medicus de Salud Mental.