MEDICUS

Sabemos cómo cuidarte
Cómo afrontar la nueva dinámica escolar



El aislamiento social, preventivo y obligatorio modificó nuestra vida cotidiana en muchos aspectos. El cambio de modalidad de las clases convirtió a los hogares en una extensión de la escuela, muchas veces fallida.


El nuevo formato de clases llegó para quedarse por un largo tiempo, dificultando la adaptación de quienes comenzaban el nivel inicial, en primaria o secundaria. Los docentes dictan clases online a un grupo heterogéno de alumnos virtuales de los que se espera comprensión y seguimiento de las consignas.


Es difícil transmitir una idea sobre algo desconocido a niños pequeños porque determinados aprendizajes sólo pueden darse en el marco de la escolaridad y en un ámbito compartido por pares y docentes. 


En los más chicos, lograr que entiendan lo que significa una tarea resulta complejo porque nunca la tuvieron antes. En los más grandes, es difícil desterrar la idea de que no están de vacaciones y que deben atender, escribir, cumplir con trabajos, etc. 


Además algunos colegios envían excesiva cantidad de deberes, hace que los chicos pidan más ayuda a sus padres.


La falta de un cronograma de horarios similar al de la concurrencia a clases desorganiza, y resulta complejo ordenar la dinámica familiar en función de horarios virtuales, más aún cuando son varios los niños en el hogar y no alcanzan las computadoras o celulares.



¿Cómo no sucumbir ante tantas demandas cuando intentamos conciliar la vida laboral con la doméstica?


Es difícil mantener rutinas de estudio y de tareas que se ordenen inteligentemente con los horarios de alimentación, sueño y recreación. Pero vale la pena tener en cuenta algunas recomendaciones:


» La corresponsabilidad es necesaria entre los adultos para poner límites pero también para distribuir todas las tareas en casa.

» Es importante que los chicos colaboren con los quehaceres domésticos: ocuparse de acomodar su cuarto, preparar el desayuno o retirar los platos de la mesa. 

» Si antes de la pandemia no eran autónomos en el momento de hacer los deberes escolares, es difícil que ahora mágicamente lo sean. Por eso es bueno acompañarlos sin resolver por ellos, sino guiándolos desde cerca e instándolos a continuar solos aunque cometan errores. 

» Pautar horarios de atención a clases, de realización de deberes, de comidas y recreación.

» Respetar los momentos de descanso y sueño. 

» El cuidado de los hijos y el acompañamiento afectivo y escolar, pueden distribuirse estableciendo acuerdos según las demandas de cada integrante. 

» La modalidad de responsabilidad compartida con la que se maneje la familia puede enseñar contenidos mucho más importantes para la vida de los chicos que los puramente escolares.



Equipo de Psicopedagogía / Centro Medicus de Salud Mental